En el mundo de hoy de expectativas altas de rendimiento escolar, brechas de rendimiento y presupuestos escolares reducidos, los padres se pueden sentir desconcertados sobre cómo pueden ayudar más en la escuela. ¿Dónde comenzar? ¿Qué clase de aporte realmente importa?

Continúe leyendo para encontrar respuestas a estas preguntas y recibir consejos sobre cómo influir en la escuela de su hijo.

Dos modelos de participación de los padres

De acuerdo con The Case for Parent Leadership (publicado por KSA-Plus Communications y The Prichard Committee for Academic Excellence), hay dos modelos de participación de los padres: el modelo estándar y el nuevo. El modelo estándar incluye actividades tan tradicionales como el voluntariado en el salón de clase o en el área de juego, ayudar con la tarea, entrenar equipos de deportes, recaudar fondos y, por supuesto, asistir a las reuniones de la PTA.

El modelo estándar sin duda es loable, pero el nuevo modelo de participación de los padres agrega algo más a la ecuación: una asociación para mejorar las escuelas. Los padres ya no deben suponer que los funcionarios de la escuela y los maestros son los expertos y que los padres tienen, a lo más, sólo una función de apoyo en las escuelas. Los padres de hoy pueden cumplir una función importante asignándole la responsabilidad a las escuelas, estableciendo altas expectativas para las instalaciones de las escuelas y el logro a nivel escolar, y ayudando a crear programas que impulsen a las escuelas a mejorar.

Algunos consejos de líderes de padres

Las formas en que los padres pueden participar son mucho más variadas de lo que eran antes y muchos padres han demostrado que al participar sí influyen. Muchos padres desafiaron los programas escolares de almuerzo para que mejoraran, prohibieron los refrescos y la comida chatarra en las máquinas expendedoras de las escuelas, y expusieron un fraude en la oficina del distrito escolar. Otros han formado grupos de padres de preescolares para apoyar la escuela de su vecindario. Otros incluso han creado programas de tutoría académica para cerrar una brecha de rendimiento dentro de la población de estudiantes de la escuela.

Cruzada por una mejor nutrición escolar

Cuando la madre de un estudiante de escuela intermedia de San Francisco, Dana Woldow, se dio cuenta de que los niños “almorzaban una botella grande de refresco y un paquete grande de papas fritas,” decidió que había que hacer algo.

Desafortunadamente, sus esfuerzos iniciales se enfrentaron con la resistencia de un director de nutrición del distrito poco colaborador. Su solución fue ir directamente con el superintendente para pedirle permiso para lanzar un programa piloto en su escuela que prohibía la comida chatarra durante medio año. Habiendo conseguido este permiso, ella y otros padres con ideas afines reunieron un comité de maestros, estudiantes y padres para sacar adelante el proyecto. Con su esfuerzo pudieron probar que se podían prohibir los refrescos y la comida chatarra de las máquinas expendedoras, que se podía preparar comida a la carta, y que los ingresos de las ventas de comida saludable igualaban (y en este caso superaban) las ventas de comida chatarra.

Dana aconseja a los líderes de padres que nunca se rindan. “Deben comprometerse”, dice. “La mayoría de los obstáculos que encontrarán en el camino son puestos por burócratas. Cuando se dan cuenta de que es más fácil darles lo que quieren que seguir luchando contra ustedes, les darán lo que desean.”

Salvar la brecha de rendimiento

Edye Deloch-Hughes de Oak Park, Illinois, era conciente de que había una brecha de rendimiento en su escuela. Edye dice: “La realidad es dominante no sólo en las comunidades de la parte central de la ciudad, sino también en comunidades adineradas diversas como Oak Park.” Las preguntas que la instaron a tomar medidas fueron: “¿Por qué nuestros hijos tienen bajas calificaciones en el examen de rendimiento de los estándares de Illinois (ISAT) en comparación con su contraparte blanca? ¿Qué podemos hacer para ayudar a cambiar esto?”

Edye se reunió con la directora, Flora Green, e idearon un plan. Decidieron “crear un programa de tutoría académica y guía de mentores para tratar los retos académicos y sociales de nuestros hijos, que ayudaría a complementar los programas que ya se estaban implementando en la escuela.” Su plan evolucionó en una división renovada de African American Parents for Purposeful Leadership in Education (A.P.P.L.E.), una organización que existe en las escuelas primarias y secundarias de Oak Park desde 1987, pero que había estado inactiva en su escuela por cinco años. En la actualidad, afirma: “Estamos orgullosos de decir que le hemos dado clases a cerca de 60 niños. Muchos se han convertido en estudiantes del programa “honor”. Los padres tutores actualmente asisten a talleres de capacitación de maestros patrocinados por el distrito 97 para ayudar a reforzar sus habilidades de tutoría académica”. Edye aconseja a los líderes de padres que “hablen con la directora y vean cuáles son sus necesidades, luego atraigan gente con una estrategia y una meta basadas en dichas necesidades”.

Los beneficios de la participación de los padres

Hay estudios que han relacionado la participación de los padres con la mejora del rendimiento escolar. Los padres que participan hacen muchas cosas para mejorar sus escuelas, desde causar un impacto en la conducta estudiantil mediante su presencia hasta apoyar los planes de mejora escolar. Además, los padres voluntarios en las escuelas de sus hijos demuestran notoriamente que se preocupan, que se están adueñando de la educación de sus hijos. Esto afecta al niño, a los maestros y a los administradores, que se sienten reconocidos y apoyados.

La investigación claramente apoya la relación entre la participación de los padres y el rendimiento de sus hijos. Una revisión de 2002 de la investigación realizada sobre este tema (A New Wave of Evidence: The Impact of School, Family and Community Connections on Student Achievement), afirma que los niños cuyos padres participan en su educación mantienen calificaciones más altas, asisten a la escuela con mayor regularidad, siguen en la escuela y demuestran mejor conducta. Es más probable que los niños disfruten la escuela si sus familias demuestran compromiso con la escuela y entusiasmo por el proceso de aprendizaje.

Diez consejos sobre cómo influir

No importa la forma en que escoja participar en la escuela, a continuación encontrará diez consejos para guiarlo al convertirse en un líder de padres eficaz que se esfuerza por influir en su escuela:

  • Pregunte si está confundido, necesita información o ve algo que le parece mal.
  • Identifique una necesidad o problema específico en el que pueda trabajar.
  • Entable una relación con el director de manera que puedan establecer metas y expectativas.
  • No lo haga solo. Cree un consenso. Hable con otros padres. Acérquese a quienes normalmente no participan.
  • Aprenda a dirigir una reunión.
  • Prepare sus argumentos. Investigue el problema. Esto puede significar aprender la forma en que los miembros del consejo de la escuela han votado anteriormente, averiguar si otras escuelas o distritos han intentado algo similar a su proyecto o reunir información de estudios científicos.
  • Conozca el presupuesto de la escuela. Sepa qué preguntas hacer a cada quién y qué documentos necesitará.
  • Aprenda a usar los medios de comunicación en forma estratégica para ayudar en su causa.
  • Para evitar echar culpas y proporcionar un objetivo común, enfatice que sus esfuerzos están centrados en mejorar la escuela y elevar el rendimiento escolar.
  • Un líder de padres de la actualidad debe pensar en los intereses de todos los niños en la escuela, no sólo en los de sus hijos.