¿Cuándo fue la última vez que hablaste con tu adolescente sobre sexo?

En lo relacionado a este tipo de temas íntimos, muchos padres y adolescentes realizan un incómodo pacto de silencio. El deseo de los adolescentes por hablar con sus padres sobre sexo no es superior al de los padres por abordar el tema. Sin embargo, los expertos concuerdan en que sin importar lo incómodo que se sienta o cuán reacio se muestre tu adolescente, debes hablarle sobre sexo pronta y frecuentemente.

Richard Eyre, coautor de How to Talk to Your Child About Sex, cree que no abordar el tema con tu adolescente significa eludir una responsabilidad paterna fundamental. “Hoy en día, los niños se ven bombardeados por mensajes sexuales provenientes de las películas, televisión e internet”, afirma. “Experimentan con el sexo a edades cada vez más tempranas. Están siendo presionados a tener sexo para probar que son geniales. Los niños aprenden sobre sexo todos los días, y los padres deberían tener poder sobre lo que sus hijos están aprendiendo”.

La clase de educación sexual no es suficiente

Muchos padres asumen que no necesitan hablar sobre sexo en casa debido a que la mayoría de los adolescentes recibe educación sexual en la escuela.

“Escucho esa excusa reiteradamente por parte de los padres”, afirma Marcia Zorrilla, una educadora de la salud en la clínica para jóvenes de Balboa High School, en San Francisco. “Los padres me dicen: ‘si la escuela está haciendo su trabajo, no es necesario que yo lo haga’. Sin embargo, las clases de salud cubren una amplia gama de temas además del sexo, y la información es genérica. Los padres necesitan inculcar la mayor parte de la educación sexual en el hogar, y cualquier cosa que los niños aprendan en la escuela debe ser complementario”.

¿Por qué? Porque tu adolescente deberá enfrentar decisiones relacionadas al sexo, si es que aún no lo ha hecho. .

Además, resulta fundamental asegurarse que tu adolescente esté informado, pues existe mucha desinformación a su alrededor. “Me he sorprendido ante el nivel de ignorancia sobre el sexo entre los estudiantes de la escuela secundaria y los mitos que transmiten entre ellos”, indica una madre y psicóloga de San Francisco (uno de los compañeros de la escuela secundaria de su hija, por ejemplo, asumía que era imposible contraer una infección de transmisión sexual a través de sexo oral). La mencionada madre siempre ha hablado abiertamente con sus dos hijos sobre sexo, y ahora que son adolescentes siguen acudiendo a ella con preguntas, al igual que sus amigos. “Los padres no pueden asumir que los niños están obteniendo la información correcta en la escuela”, explica. “Si no hablas con ellos en casa, te resulta imposible saber lo que están escuchando o qué tipo de suposiciones están realizando”.

Los estudios también demuestran que los adolescentes cuyos padres les hablan sobre sexo poseen menor tendencia a involucrarse en actividades sexuales a temprana edad, las cuales se encuentran vinculadas a un riesgo más alto de embarazo e infecciones de transmisión sexual (ITS).

¿Por dónde comenzar?

Idealmente, los padres deberían hablar con su hijo sobre sexo mucho antes de la adolescencia (si tu hijo tiene menos de 10 años, este artículo proporciona consejos para hablar con tu niño pequeño sobre sexo).

Cuando tu hijo se esté acercando e iniciando la pubertad (aproximadamente de los 9 a los 12 años) deberías profundizar los conceptos básicos y asegurarte de que tu hijo entienda qué esperar durante la pubertad.

A medida que los niños se convierten en adolescentes, necesitan información más detallada, no solo sobre hechos biológicos, sino sobre comportamiento sexual, embarazo, anticonceptivos e infecciones de transmisión sexual (ITS).

Sexo, intimidad y consentimiento

Zorrilla indica que, en su labor como educadora de la salud para adolescentes, observa una amplia gama de dinámicas nocivas entre las parejas de la escuela secundaria, incluyendo sexo coercitivo, chantaje emocional y abuso verbal. “Resulta importante que los padres hablen con sus hijos sobre lo que significa estar en una relación, cómo deberían tratar a los demás y cómo deberían esperar ser tratados a cambio”.

Michael Riera, educador y autor de Staying Connected to your Teenager, cree que muchos padres comienzan la discusión al revés, centrándose en el sexo en lugar de los asuntos emocionales y de intimidad. “Los padres le dicen a su adolescente: ‘no quiero que tengas sexo’, o colocan condones en el baño y le indican a su adolescente que los use. Sin embargo, también resulta fundamental enfatizar la calidad de las relaciones personales, el proceso de intimar con alguien y las distintas etapas de intimidad, para luego abordar el tema del sexo dentro de dicho contexto”.

También resulta crucial hablarles tanto a los chicos como a las chicas de lo que significa el consentimiento: antes de que ocurra cualquier actividad sexual, ambas partes necesitan estar de acuerdo con completa libertad y voluntad. Nadie debe presionar a otro para ir más lejos o más rápido de lo que esta persona desea. El silencio no significa “sí”. Asegúrate de que tu hijo sepa que necesita recibir o proporcionar consentimiento verbal ante la actividad que quiera realizar.

Por supuesto, la empatía, confianza, respeto hacia los demás y respeto hacia uno mismo son valores que los padres deberían inculcar a sus hijos desde edades tempranas cuando hablan sobre amistad y relaciones familiares, pero resulta importante reforzar dichos mensajes para los preadolescentes y adolescentes a medida que comienzan a tener sentimientos sexuales y desarrollar vínculos románticos.

Enfatiza lo positivo

A pesar de que resulta esencial educar a tu hijo sobre los riesgos que puede generar el sexo (desde embarazos e ITS, hasta daño emocional), no olvides hablar también sobre los aspectos positivos del mismo. Richard Eyre indica que los programas de Educación Sexual suelen pasar por alto dicha parte de la discusión, logrando como resultado que muchos niños se desconecten o desarrollen asociaciones negativas con el sexo que podrían perdurar hasta la adultez.

“Resulta importante expresar el mensaje de que el sexo con la persona correcta en el momento correcto es increíblemente hermoso y maravilloso, pero la experimentación precoz y el sexo recreacional reducirán el impacto o poder de esta experiencia”, explica. “Los padres deberían abordar la discusión con dos objetivos en mente: ayudar a su hijo a evitar experiencias sexuales precoces y problemáticas e incentivarlo (cuando esté listo) a llevar una vida sexual maravillosa con la persona que ama”.

¿Sigues nervioso? No te preocupes. No es necesario que ofrezcas explicaciones explícitas sobre cada detalle. Puede que no conozcas las respuestas a las preguntas de tu adolescente o puede que te resulte demasiado difícil hablar cara a cara sobre ciertos temas. Cuando tus palabras fallen, asegúrate de que tu hijo tenga acceso a recursos que puedan proporcionarle las respuestas a sus preguntas. También podrías concertar una cita para que tu hijo hable con su médico.

¡Pero él no quiere hablar sobre eso!

Incluso si tu hijo se cubre los oídos cada vez que intentas abordar el tema, es importante que persistas. “No es una decisión que debas dejar en manos de tu hijo”, afirma Eyre. “No le estás pidiendo un favor. Dile a tu hijo: ‘esto es importante, tendremos esta conversación. Si no es ahora, entonces necesitamos fijar una fecha para hacerlo pronto’”.

Elige un momento cuando tu hijo se sienta cómodo y ninguno de los dos esté escaso de tiempo. Eyre sugiere abordar el tema durante un viaje largo en carretera o convertirlo en una ocasión especial y llevar a tu hijo a comer a su restaurante favorito.

Por último, hablar sobre sexo con tu hijo no se trata de una sola conversación, sino de un diálogo constante. Zorrilla les aconseja a los padres emplear libros, películas, historias de las noticias y eventos cotidianos como oportunidades para hablar con sus adolescentes y ayudarles a pensar de forma crítica sobre el sexo y las relaciones personales. La educadora recuerda una interacción que observó recientemente junto a su hija adolescente en un centro comercial. “Un adolescente le gritaba a su novia porque esta tenía el teléfono del chico y él lo quería de vuelta”, relata. “Más tarde hablamos sobre ello y le pregunté si creía que estaba bien que aquel chico le hablase de tal forma a su novia. Esto dio pie a una discusión sobre las relaciones en general y de lo que deberíamos esperar de nuestra pareja”. Tras entablar la conversación inicial, puede que te sorprenda notar que tu hijo también siente más confianza al contarte otros problemas.

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