A medida que tu hijo adolescente se prepara para la universidad, es probable que te sientas nervioso y emocionado. ¿Cómo será la universidad? ¿Hará amigos? ¿Qué pasa si no puede seguirle el ritmo a las tareas? Comenzar la universidad es un reto para todos, pero puede serlo aún más para los estudiantes que son los primeros de su familia en ir a la universidad. Tu hijo adolescente está a punto de pasar por una gran transición de vida, una con la que tú puedes no relacionarte del todo. Para ayudar a tu hijo, hemos hablado con los expertos: estudiantes que fueron los primeros de su familia en ir a la universidad que ya han pasado por este momento. Estos son sus consejos.
Utiliza las redes sociales
Zaira Sanroman, estudiante de tercer año de la University of Montana (UM), motiva a los estudiantes de primer año a contactar a sus próximos compañeros por las redes sociales. “Agrégate al grupo de tu clase en Facebook”, dice. “De esa forma conocí a muchas personas antes de llegar al campus. Sigue a tu institución en Instagram y te enterarás sobre todo tipo de eventos en el campus”.
Los compañeros de cuarto importan
Si tu hijo se mudará para ir a la universidad, es probable que reciba un cuestionario en línea de selección de compañeros de cuarto. Este cuestionario ayudará a la universidad a poner a tu hijo con alguien que tiene hábitos e intereses similares. “Completa el formulario con cuidado. Sé honesto”, dice Sanroman. “Esa es la mejor forma de conseguir un compañero de cuarto que sea compatible. Mi compañero de primer año era genial y eso me ayudó bastante para acostumbrarme a estar tan lejos de casa”.
Mientras tu hijo adolescente considera sus opciones de residencia, es buena idea pensar seriamente en lo que significa vivir y estudiar en un lugar compartido con muchas personas. “Mi filosofía sobre compañeros de cuarto es que menos es mejor”, dice Jeremiah Ets-Hokin, recién graduado de la Humbolt State University (HSU) en Humboldt, CA. “Me di cuenta de que, mientras más compañeros de cuarto tengas, más costará comunicarse y habrá más problemas. Es mucho más fácil tener una buena relación con solo otra persona más”.
Para prevenir problemas, Xiu Ying Li Yu, estudiante de tercer año de la University of California en Berkeley (UCB), firmó un contrato de compañeros de cuarto y aconseja a los estudiantes de primer año que hagan lo mismo. Un contrato de compañeros de cuarto (obligatorio en algunas instituciones, opcional en otras) es lo que su nombre indica: un acuerdo entre compañeros de cuarto sobre todo lo relacionado a la convivencia, desde las horas de silencio hasta las labores de limpieza.
Encuentra (y expande) tu comunidad
Una gran forma de conocer personas es involucrándose en actividades en el campus, como clubes o deportes. Ets-Hokin, licenciado en biología marina, se unió al programa de buceo de la HSU. “Era genial para tomarse un descanso de la tarea y ejercitarse de forma regular y también para conocer a otras personas que les gusta el buceo”, dice. “Incluso si tienes un grupo de amigos cercanos, es bueno conocer a más personas en el campus”.
“La universidad es el lugar para explorar nuevas culturas, ambientes y actividades”, dice Yu. “Ya sea que pruebes el baile al estilo Bollywood o aprendas a codificar, siempre hay una primera vez para todo. Recomiendo unirse a clubes y clases en las que nunca pensarías en participar. La universidad es muy aburrida sin una comunidad. Al mantenerte activo, podrás ser parte de una comunidad ¡incluso más!”.
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La estudiante de Berkeley Yu dice que el cuidado propio es extremadamente importante en la universidad, especialmente cuando las cosas se vuelven estresantes. “Ya sea que pases toda la noche estudiando para un examen o no comas para terminar ese trabajo de investigación, es importante detenerse por un momento, respirar profundo y verificar cómo estás. Sin buena salud, no podrás tener la energía para salir bien académicamente”.
Sus consejos de cuidado personal están todos relacionados con tomar un descanso. “Come helado con algunos amigos, ve algo en Netflix o duerme una siesta”, dice (enlace en inglés). Ella declara que es difícil darte tiempo para ti mismo cuando tienes muchas fechas límite encima, pero las investigaciones respaldan la idea de que (enlace en inglés) te ayudará a tener un mejor desempeño (en lo que sea que hagas).
Pide ayuda si la necesitas
A muchos estudiantes les apena buscar ayuda, ya sea que tengan problemas con una clase o simplemente se sientan tristes, pero las universidades tienen recursos específicos para esos propósitos.
René García, estudiante de la Ohio Wesleyan University, les pide a los estudiantes de primer año que busquen ayuda de inmediato porque dice que “la transición de la educación secundaria a la universitaria puede ser abrumadora”. Él notó que le costaba hablar con sus profesores al principio, pero dice que superar su miedo valió la pena. “Es una habilidad que me ha ayudado a tener éxito en mis clases más difíciles”, dice. Añadió: “¡Los profesores suelen ser agradables, humanos y les encanta ayudar!”.
“Cuando entré a la universidad, no se me ocurrió pedir ayuda”, dice Sanroman. Ella recomienda visitar el consultorio médico de la universidad si te sientes abrumado o extrañas mucho tu hogar. “Yo sufro de ansiedad, pero me intimidaba mucho ir al consultorio en mi primer año. No quería admitir que tenía un problema”, dice. Cuando finalmente fue, se sintió aliviada y apoyada. “Todos piensan que son los únicos con problemas”, (enlace en inglés) dice Sanroman. “No es así. Todos pasamos por las mismas cosas y te darás cuenta de inmediato si le pides ayuda a alguien más”.
Sé tu propio defensor
Además de pedir ayuda cuando la necesitas, Ets-Hokin motiva a los estudiantes de primer año a encargarse de su propia educación, una habilidad que muchos estudiantes no aprenden en la escuela secundaria. Su consejero de primer año le dijo que se inscribiera en varias clases que no necesitaba, lo que alargó su tiempo en la universidad y le enseñó a alzar su voz. Dice: “Luego de eso, descubrí que puedes escoger un consejero nuevo o inscribirte en las clases que quieras, si estás dispuesto a abogar por ti mismo y lidiar con la burocracia. Para mí, aprender a luchar por lo que necesitaba fue la curva de aprendizaje universitaria más importante de todas”.
Escoge una especialidad que te importe
Yu dice que conoce a muchos estudiantes universitarios de primera generación cuyos padres los obligaron a escoger especialidades que los prepararían para profesiones con salarios altos. Sanroman dice que eso describe a sus propios padres, al menos al principio. “Mis padres querían que estudiara administración de empresas, o que tomara clases de ciencias y me convirtiera en médico. Querían que estudiara algo que fuera seguro”, dice. “Ellos saben lo que hace un médico y lo que hace una persona de negocios”. Pero luego de tomar clases de negocios en su primer año, no se sintió feliz. Así que se cambió a sociología con mención en criminología y justicia social. Ahora se siente más feliz y le encanta lo que aprende. “Creo que muchos estudiantes de primera generación estudian lo que sus padres quieren y no lo que les apasiona”, dice. “Mis padres se decepcionaron cuando me cambié”, admite. “No saben lo que hace un sociólogo, pero creo que aprecian cuán comprometida estoy con lo que aprendo”.
Al igual que Sanroman, Yu anima a los estudiantes que son los primeros en su familia en ir a la universidad a que sigan su pasión al momento de escoger una especialidad. “Estas decisiones las deben tomar los estudiantes y los padres deben apoyarlas”, dice.
Habrá un período de ajuste
Los primeros días (e incluso meses) de la universidad pueden ser muy abrumadores en algunos casos. Estás en un ambiente completamente nuevo rodeado de personas desconocidas, aprendes mucha información nueva y reemplazas las rutinas del día a día con otras diferentes. Entonces que no te sorprenda si tu hijo tiene muchos altos y bajos mientras se acostumbra a la vida como estudiante de primer año. “Está bien sentirse nervioso”, dice García. “Es emocionante y puede ser abrumador ya que es un inicio desde cero, donde todo ha cambiado”.
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