Es posible que tu hijo crea que, si no hay clases, es hora de guardar los libros y tomarse un descanso, especialmente si tiene problemas con la lectura o no es un lector ávido. Pero alejarse completamente de la lectura puede causar que tu hijo pierda parte del terreno que tanto le ha costado ganar.

Desarrollar habilidades de lectura requiere mucha repetición y “dar marcha atrás” (es decir, repasar la información que ya se ha enseñado), en particular para los chicos con problemas de aprendizaje, dice Robert Kahn, director de escuela primaria e intermedia de la altamente respetada Landmark School cerca de Boston, la cual se enfoca en problemas de aprendizaje basados en el lenguaje. Las pausas importantes en la rutina de lectura afectan las habilidades de lectura y pueden retrasar a los chicos, según Kahn. “Les va mejor a los chicos que tienen una exposición regular a la lectura”, dice.

Sin importar el nivel de lectura de tu hijo, tú puedes ayudarlo a mantenerse activo incentivándolo con actividades de lectura que sean tanto entretenidas como instructivas. Estas actividades se enfocan en el lenguaje, la comprensión y la fluidez, y se pueden adaptar para un rango de edades y capacidades.

Lenguaje: juegos de palabras

Desarrollar un vocabulario amplio, que incluya una gran variedad de palabras descriptivas, ayudará a tu hijo a mejorar sus habilidades de lectura a medida que se enfrenta a textos que aumentan en complejidad. Pueden jugar estos juegos sencillos estando en casa.

  • “¿Cuál es otra palabra para…?” Tu hijo gana puntos por cada sinónimo que se le ocurra. Por ejemplo, puedes preguntarle a tu hijo: “¿Cuál es otra palabra para mueble?”. Es posible que sugiera ‘sofá’ o ‘futón’. Para ayudarle a desarrollar su vocabulario, puedes añadir ‘diván’ o ‘canapé’.
  • Construcción de oraciones. La Dra. Jennifer Little, educadora especial, recomienda la construcción de oraciones para ayudar a tu hijo a mejorar y usar su lenguaje descriptivo. Por ejemplo, comienza con una flor y pregúntale a tu hijo por el color de la flor. Luego, crea una oración completa (“La flor es roja”) y pídele que la repita. Pídele más información sobre la flor. Si tu hijo dice que la flor tiene hojas verdes, ayúdalo a incorporar ese detalle en la oración: “La flor roja tiene hojas verdes”. Sigue añadiendo detalles hasta que tu hijo haya creado una oración larga, por ejemplo: “La flor roja con hojas verdes crece bajo los árboles de mi jardín trasero”.
  • Juegos de mesa. Boggle, Scrabble, Bananagrams y otros juegos de oraciones proporcionan horas de entretenimiento con juegos de palabras. Puedes crear un sistema de puntos adicionales por palabras largas o palabras que tu hijo aprendió recientemente. ¡Haz un torneo e involucra a toda la familia!

Fluidez: léeme una historia

La fluidez es la capacidad de leer un texto de forma precisa y sin problemas. La mejor forma absoluta de mejorar la fluidez es leer en voz alta con tu hijo, dice Robert Kahn de la Landmark School. “Este tiempo a solas es esencial”. Cuando tu hijo te lee en voz alta, practica la lectura, y cuando tú le lees en voz alta, tú modelas la fluidez. Eso no es todo: la experiencia compartida ayuda a tu hijo a crear asociaciones positivas con la lectura.

  • Exagera. Alterna la lectura con tu hijo. Pueden alternar por página o por personaje. Cuando sea tu turno, lee con emoción y motiva a tu hijo a hacer lo mismo. ¡Deja que tu actor interior brille!
  • Haz tu propio audiolibro. Practiquen leyendo una de las historias favoritas de tu hijo hasta que se sienta cómodo y la conozca bien. Luego, enciende la grabadora de audio de tu teléfono o computadora y graba el resultado. Reproduce la grabación para que tu hijo escuche cómo suena y luego háganlo otra vez hasta que esté feliz con el resultado. Cuando tengan la versión final, preséntala como un regalo a un amigo o abuelo ¡y recuerda guardar una copia para ti!

Comprensión: cómo convertirse en un mejor lector

Algunos chicos no tienen problema con la mecánica de la lectura, pero tienen dificultad para identificar los puntos clave de una historia y entender sus temas. Hacer preguntas y ayudar a tu hijo a involucrarse más profundamente con lo que lee le ayudará a mejorar su comprensión lectora.

  • Películas mentales. Pídele a tu hijo que visualice la escena de la historia que está leyendo para ayudarle a conectar las palabras con imágenes, sugiere la psicóloga educativa Melanie West. Léele algunos párrafos a tu hijo y luego pregúntale cómo se imagina la escena. Si tiene problemas para visualizarla, regresa al texto y ayúdale a encontrar palabras y oraciones descriptivas. Pídele que imagine y describa cómo aparecería la escena en una película. Ten papel y marcadores a la mano en caso de que quiera dibujar su imagen mental.
  • ¿Qué sucede luego? Luego de leer algunos párrafos de una historia, pregúntale a tu hijo si puede predecir lo que sucederá después. ¿Qué pasará si el conejo roba las zanahorias? ¿El granjero atrapará al conejo? ¿Cómo terminará la historia? Si el libro tiene imágenes, incentiva a tu hijo a observarlas con atención para encontrar pistas.
  • Leer con un propósito. Ayuda a tu hijo a practicar la lectura con un objetivo particular en mente. Por ejemplo, antes de que tu hijo comience a leer un capítulo de un libro, haz una o dos preguntas para que busque las respuestas mientras lee. Por ejemplo, “Cuando termines con este capítulo, dime dos cosas que el personaje principal le dice a su perro”. O pregunta en qué momento del año sucede una historia en particular. ¿Tu hijo cree que es verano o invierno? ¿Cómo lo sabe?

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