¿Puede algo causar más angustia de forma instantánea a un padre que la mirada de un niño desanimado? Los niños con dificultades de aprendizaje y déficit de atención experimentan bastante desaliento mientras batallan por aprender.
La investigación nos dice que cuando un niño es abatido por una emoción fuerte como el desaliento, primero debe lidiar con la emoción antes de tratar de abordar los problemas que causaron la emoción.
Les preguntamos a los padres: “¿Cuál es tu consejo para ayudar a tu hijo cuando está desanimado?”. A continuación te presentamos sus consejos, los cuales comienzan con formas de empatizar con el desaliento de tu hijo.
-
Muestra empatía.
Cada niño aprende de manera diferente, y también expresa sus emociones de manera diferente. Como el Dr. Robert Brooks nos recuerda, los niños pueden enmascarar el desaliento con comportamientos como la evasión, la renuncia, hacerse los graciosos, la negación, actuar enojados o ser impulsivos. El primer paso es reconocer cómo actúa cuando está desanimado, y luego empatizar con él. ¿Cómo? Un niño puede ser consolado hablando directamente sobre sus sentimientos. Otros pueden necesitar un enfoque más indirecto.
Fiona quien vive en Queensland, Australia, fomenta un sentido más profundo de empatía con su hija al tomar una ruta más indirecta. “Empiezo hablándole de mi propia infancia, relatando una situación similar. Mi hija hace preguntas sobre cómo resolví el problema o sobre por qué me sentía desanimada. A veces mis historias están ligeramente embellecidas, pero esto sirve para abrir las líneas de comunicación”.
Michelle, de Massachusetts, le muestra a su hija que las cosas tampoco son siempre fáciles para ella. “Cuando ella era más pequeña y tenía dificultades con la escritura a mano, un día pagué mis cuentas mientras ella estaba en la mesa. Comencé un cheque, luego lo rompí un par de veces. Esto llamó su atención. ‘¿Qué estás haciendo?’, me preguntó. Le expliqué que había cometido un error y que tenía que empezar de nuevo, con una actitud de ‘no hay problema’”.
La clave es abrir las líneas de comunicación. Michelle de California informa: “Intento ponerme en los zapatos de mi hijo y escuchar. Eso es lo más importante, escuchar lo que realmente dice tu hijo. Te sorprendería lo mucho que se logra al hacer eso”.
-
Anímalo a que pulse el botón de “reinicio”.
Desiree, quien es de Texas, dice: “Animo a mi hijo a que se detenga, respire lentamente tres veces y luego lo intente nuevamente. Lo llamamos pulsar el botón de ‘reinicio’”.
Nancy, de New Hampshire, está de acuerdo. “Yo involucro a mi hija en otra actividad en la que pueda tener éxito, como hornear galletas o ayudar a preparar la cena. Esto ayuda a calmar la situación”.
Cindy, de Missouri, aprendió que “mi hijo parece resolver mejor los problemas si pone algo de distancia entre él y la situación que lo ha abatido. Por lo general, hacemos una de las actividades favoritas de mi hijo, como el tenis, el ajedrez o ir a una librería. Más tarde, podrá regresar y revisar el problema de manera más objetiva”.
-
Céntrense en lo positivo.
Cuando Jennie quien es de Virginia, nota que su hijo está haciendo algo productivo y bueno para él, lo felicita por su esfuerzo. Ella aconseja: “Intenta ignorar el comportamiento que desapruebas tanto como sea posible. En su lugar, trata de hacer más cumplidos y hacer más declaraciones positivas que negativas. Luego observa a tu hijo prosperar”.
Jenny, de Kansas, está de acuerdo. “Cuando mi hijo está desanimado, jugamos un juego llamado ¡Hagamos una lista!, para ver la situación de manera más objetiva. En lugar de centrarnos en lo que no puede hacer, hacemos una lista de las cosas que sí puede hacer”.
-
Divide el obstáculo en partes más pequeñas.
Nikki, de Minnesota, dice: “Trabajo con mi hijo paso a paso hasta que se sienta más seguro de sí mismo. A veces toma dos minutos, a veces toma 20, pero él siempre se siente mejor consigo mismo”.
Jennifer, de Nueva York, está de acuerdo. “Es menos estresante cuando dividimos la tarea en intervalos de 20 minutos”.
Valerie, de Nueva York, desglosa las tareas no por el tiempo invertido sino por la habilidad. “Cuando mi hijo está desanimado, busco partes del problema que ha completado exitosamente. Entonces comenzamos a reconstruir la tarea, encontrando maneras de resolver con éxito la parte difícil. Esto le enseña a dividir un obstáculo en partes más pequeñas y accesibles, y a construir desde lo que le es familiar”.
-
Estimula sus superpoderes.
Es posible que tu hijo no pueda volar como Superman, pero puede sobresalir en algo igualmente estupendo. Muchos padres contrarrestan la frustración del niño al estimular sus superpoderes.
Sharon, de California, descubrió cómo abordar las debilidades de su hija utilizando sus fortalezas. “Mi hija odia leer pero ama el drama. La inscribí en clases de actuación que se ofrecen en nuestra escuela local de artes escénicas. Ella se divierte, su confianza aumenta y le motiva leer los guiones y las letras de las canciones”.
Deb, de Arkansas, se dio cuenta de que sus tres lectores típicamente reacios estaban felices de leer si se trataba de sus pasiones: “Uno se enganchó con los autos. Leyendo revistas de autos es como aprendió a leer. Cuando se siente desanimado, sacamos sus revistas favoritas o hacemos un viaje al estacionamiento. A otro le gustan los deportes, así que vemos un juego o salimos y lanzamos una pelota. A todos mis hijos les encanta el aire libre, así que ahora tengo tres scouts. Lo que les guste y les haga sentir bien es lo que tienes que hacer”.
-
Hazle saber que los demás también tienen dificultades.
A un niño desanimado todo le parece negativo. No puede ver que este momento oscuro pasará. Pero puedes ayudarlo a salir de su oscuridad.
Trisha, de California, le señala las dificultades de los demás. “Le explico que muchas personas famosas con DA (discapacidades de aprendizaje) han tenido los mismos desafíos. Con persistencia y apoyo, han superado esas dificultades y han hecho una diferencia en el mundo”.
Kristy, de California y Maree, de Wisconsin, hacen lo mismo. Kristy y su hijo leen libros sobre otras personas que tienen dificultades, para que él se dé cuenta de que no es el único. Maree señala a la gente en las noticias y en los deportes como ejemplos. “Le muestro a mi hijo que ellos no se dan por vencidos y que tienen que practicar hasta que lo hagan bien”.
Michelle, de Nueva York, aconseja: “¡Nunca subestimes cómo el poder de sentirse bien por fuera impacta la forma como te sientes por dentro! Mi hija y yo dejamos a los chicos en casa y vamos al salón a arreglarnos las uñas. Cuesta solo $5, y ella se siente especial”.
-
Recuérdale que no está solo.
Heidi, de Massachusetts, dice: “Cuando mi hijo está desanimado, lo resolvemos como un equipo. Siempre le recuerdo que no está solo en la vida. Hay gente aquí para ayudarlo”.
Lo más importante es que tu hijo sepa lo que Michelle (quien vive en Michigan) le transmite a su hijo: “No te des por vencido, sigue intentando, y en lo que sea que necesites estoy aquí para ayudarte, y lo resolveremos juntos”.
Translated by: SpanishWithStyle.com