Desde su nacimiento, has visto a tu hijo crecer y desarrollarse. Has observado su evolución en altura y peso, cuando gateó, se levantó y caminó, e incluso cuando dijo sus primeras palabras, y tal vez comparaste todos estos avances de desarrollo durante sus primeros años de vida con lo “normal”. Los años de preescolar y los primeros años de escuela están repletos de cambios. De los tres a los cinco años, las habilidades motoras de tu hijo, el lenguaje, el razonamiento y el desarrollo social sufren un cambio drástico.
Tener expectativas claras a medida que tu hijo crece puede darte la seguridad de que está a la par de otros niños de su edad o alertarte de posibles problemas en su desarrollo. A continuación, te presentamos algunos indicadores de desarrollo a los que debes prestar atención durante los años de preescolar.
Indicadores de desarrollo: a los 3 años
Desarrollo motor: habilidades motoras gruesas
- Camina con un estilo ágil y similar al de un adulto
- Corre entre obstáculos
- Atrapa pelotas grandes y las lanza por encima de la cabeza
- Sube escaleras; usa el tobogán de manera independiente
- Anda en triciclo
- Alterna los pies cuando sube escaleras
Desarrollo motor: habilidades motoras finas
- Arma rompecabezas sencillos
- Manipula arcilla; pinta con los dedos
- Copia figuras sencillas, como cruces o círculos
- Apila torres de hasta 9 bloques
Desarrollo del lenguaje y del pensamiento
- Entiende la mayor parte de lo que escucha y el 75 por ciento de lo que dice es entendible
- Dice oraciones completas de entre tres y cinco palabras
- Relaciona imágenes con objetos
- Aprende con la práctica y a través de los sentidos
- Entiende los conceptos de “ahora”, “pronto” y “después”
- Comienza a reconocer relaciones de causa y efecto
Desarrollo socioemocional
- Sigue instrucciones sencillas; disfruta de ayudar con las tareas del hogar
- Comienza a reconocer sus propios límites, pide ayuda
- Prefiere jugar solo, pero cerca de otros niños
- Se le dificulta cooperar o compartir
- Puede decidir entre dos cosas
- Comienza a notar el estado de ánimo y las emociones de los demás
Consejos para criar a un niño de 3 años
Superada su etapa de bebé, tu niño de 3 años internaliza el conocimiento sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea.
- Las transiciones son difíciles a esta edad. Adviértele sobre los cambios de manera que tu hijo tenga tiempo para prepararse: “Nos vamos en 10 minutos”.
- Los rituales son importantes. Las rutinas y horarios del hogar le dan una sensación de seguridad a tu niño de 3 años.
- Resalta los colores y los números en conversaciones cotidianas. “Esa camiseta azul te queda muy bien” o “hicimos seis galletas”.
- Promueve las actividades individuales para desarrollar la independencia.
- Bríndale muchas experiencias sensoriales para aprender y desarrollar la coordinación (arena, barro, pintura para los dedos, rompecabezas).
Indicadores del desarrollo: a los 4 años
Desarrollo motor: habilidades motoras gruesas
- Tiene más control al correr; puede empezar a correr, detenerse y girar
- Da volteretas; salta con un solo pie; galopa
- Puede atrapar, lanzar y rebotar una pelota con facilidad
- Puede cepillarse los dientes, peinarse, bañarse y vestirse sin mucha ayuda
Desarrollo motor: habilidades motoras finas
- Copia cruces y cuadrados
- Escribe algunas letras
- Usa los cubiertos con destreza
- Corta en línea recta
Desarrollo del lenguaje y del pensamiento
- Tiene un vocabulario de 1.500 palabras; usa oraciones relativamente complejas al hablar (“Mi mamá abrió la puerta y el perro se escapó”).
- Entiende palabras que conectan una idea con otra (si, por qué, cuándo)
- Sigue aprendiendo a través de la experiencia y de los sentidos
- Entiende en mayor grado la diferencia entre la realidad y la fantasía
- Entiende conceptos relacionados a los números y al espacio (más, menos, más grande, dentro, debajo, detrás)
- Piensa de manera literal; comienza a desarrollar el pensamiento lógico
- Comienza a entender que las imágenes y los símbolos pueden representar objetos reales
- Comienza a reconocer patrones entre objetos (cosas redondas, cosas suaves, animales)
- Entiende el concepto de pasado, presente y futuro, pero no comprende la duración del tiempo
Desarrollo socioemocional
- Se turna, comparte y coopera
- Expresa la ira de manera verbal en lugar de física
- Puede sentir celos
- En ocasiones, podría mentir para protegerse, pero entiende el concepto de mentir
- Disfruta fantasear y tiene una imaginación activa
Consejos para criar a niños de 4 años
Con su actitud absurda, imaginativa y enérgica, a tu hijo le encanta descubrir nuevas palabras y nuevas actividades.
- Los niños de 4 años anhelan la aprobación de los adultos. Bríndale muchos estímulos positivos.
- Ten calendarios y relojes analógicos a la vista para ayudar a tu hijo a visualizar el concepto del tiempo.
- Hazlo participar en juegos de palabras para desarrollar su vocabulario cada vez más rico; ignora su fascinación por las malas palabras.
- Ofrécele oportunidades de organizar, emparejar, contar y comparar.
- Bríndale mucho espacio para jugar y crea ocasiones para que juegue con otros niños.
Indicadores del desarrollo: a los 5 años
Desarrollo motor: habilidades motoras gruesas
- Corre como un adulto
- Camina de puntillas, da saltos largos
- Camina sobre una viga de equilibrio
- Anda en patineta y salta la cuerda
Desarrollo motor: habilidades motoras finas
- Se establece la mano dominante
- Puede ponerle cordones a los zapatos (pero no puede atarlos)
- Sujeta el lápiz como un adulto
- Colorea sin salirse de las líneas
- Recorta y pega figuras sencillas
Desarrollo del lenguaje y del pensamiento
- Habla con fluidez; usa los plurales, pronombres y tiempos verbales de forma correcta
- Siente mucho interés por las palabras y el lenguaje; busca conocimiento
- Entiende y menciona antónimos
- Usa un lenguaje complejo
- A veces confunde la fantasía y la realidad
- Su forma de pensar sigue siendo ingenua; no aplica la lógica adulta
Desarrollo socioemocional
- Distingue entre el bien y el mal, entre lo honesto y lo deshonesto, pero no reconoce la intención
- Crea juegos de fantasía y se disfraza
- Imita a los adultos y busca ser elogiado
- Prefiere jugar que estar solo; los amigos son importantes
- Juega con niños y niñas pero prefiere a los de su mismo sexo
- Quiere cumplir las reglas; podría criticar al que no lo hace
Consejos para criar a niños de 5 años
A tu niño de 5 años, tranquilo y colaborador, le encanta jugar y es así como aprende.
- Inclúyelo en actividades que desarrollen la coordinación y el equilibrio: saltar, caminar por el borde de la banqueta, caminar sobre una grieta de la acera o trepar un árbol.
- Fomenta las habilidades motoras finas permitiendo que tu hijo corte imágenes de revistas, ensarte cuentas o juegue con juguetes que puedan armarse y desarmarse.
- Aprovecha su interés por los números haciéndole contar cualquier cosa; usa objetos (en lugar de figuras numéricas) para enseñarle sumas y restas sencillas
- Explícale a tu hijo qué esperar de un evento o actividad futura para que pueda prepararse. No le hagas anuncios repentinos.
- Ayúdalo a reconocer sus emociones usando palabras para describirlas: “Sé que estás enojado conmigo en este momento”.
Un vistazo a la vida de dos niños de 5 años
La siguiente historia de Jimmy y María ilustra el conjunto de habilidades, intereses y capacidades que se consideran propias del desarrollo a esta edad.
Jimmy presionó la frente contra la ventana mientras observaba a su vecina María alejándose en el auto con su madre, de camino a su primer día en el kínder. Jimmy dejó escapar un suspiro y le dijo adiós con la mano. Tenía la esperanza de que María lo viera, pero no quería salir a cerciorarse de que así fuera.
Jimmy se sentía triste y decepcionado de no poder ir al kínder como ella, pero al mismo tiempo se alegraba de poder quedarse en casa.
Actividad motora
Jimmy le había preguntado a su madre por qué él no podía ir a la escuela. Dentro de poco cumpliría 5 años, igual que María. Y sabía hacer muchas cosas. Era bueno para correr, para saltar y para trepar. Sabía patinar y andar en triciclo. María también sabía hacer algunas de estas cosas, pero no tan bien como Jimmy.
María no podía trepar árboles, pero Jimmy era el mejor trepador de árboles del mundo. No se lo había contado a su madre, pero Jimmy había trepado el árbol grande que está en el patio trasero de María. Ella ni siquiera lo intentó. No hizo más que gritarle que se bajara. María creyó que Jimmy se lastimaría.
“¡Niñas! Quizás no es tan malo que María se vaya a la escuela”, pensó Jimmy. “De todas maneras prefiero jugar con los niños. Hacemos cosas más divertidas. A las niñas les gusta sentarse a colorear, escribir, jugar a la casita, cortar muñecas de papel y todas esas cosas tontas”. Pero Jimmy tenía que reconocer que a María también le gustaba jugar a la pelota y a las atrapadas.
¡Si tan solo Billy viviera más cerca! Pero su mamá le había dicho que era muy pequeño para irse caminando a casa de Billy sin supervisión.
Habilidades de preparación
“¿Pequeño? ¡Por favor! Mamá dijo lo mismo de la escuela, que estoy muy pequeño para ir al kínder. ¡Voy a cumplir cinco dentro de dos semanas! Eso no es ser pequeño”, le dijo Jimmy a su mamá.
Ella le respondió que no se refería únicamente al hecho de que Jimmy tuviera cinco años. Le dijo que él apenas acababa de cumplir cinco años.
“¡Ni siquiera sé qué significa eso!”, pensó Jimmy.
Su mamá le explicó que aún necesitaba aprender ciertas cosas antes de ir a la escuela.
“¿Qué cosas?”, preguntó Jimmy.
“Por ejemplo, sentarte y escuchar”, dijo su mamá.
“Puedo hacerlo si quiero. ¿Pero qué sentido tiene sentarse a escuchar algo que no te gusta?”, se preguntó Jimmy.
Su mamá le dijo que no tenía nada de malo quedarse en casa y seguir asistiendo al preescolar hasta que llegara el momento de ir al kínder. Le explicó que no todos los niños de cinco años se desarrollan al mismo tiempo. María sabía dibujar, escribir números y letras y usar la tijera, pero Jimmy apenas estaba aprendiendo a hacerlo.
Jimmy le dijo que él podía correr, saltar y pararse de cabeza mejor que María. Su mamá le dijo que eso estaba muy bien, pero que en la escuela quieren que te sientes a escribir, cortar y pegar. Eso lo hizo sentirse muy triste y comenzó a llorar un poco. Su mamá lo abrazó y le dijo que no había ningún problema con él, que pronto sería capaz de hacer todo lo que hacía María.
“Fíjate en todas las cosas maravillosas que puedes hacer”, le dijo su mamá. “Haces castillos majestuosos de arena y construyes objetos increíbles con Legos. Cuentas historias maravillosas y prestas mucha atención cuando te leo un libro. Además, tus chistes son buenísimos”. Los chistes de Jimmy siempre hacen reír a carcajadas a su mamá.
Ella le dijo que el próximo año sería divertido y que crecería y aprendería muchísimo. En el preescolar (su mamá lo llamó prekínder para hacerlo sentir mejor) aprenderá todas las cosas que necesita saber para el kínder. Le dijo que ella lo ayudaría en casa con el abecedario, los números y la escritura. Además, le explicó que él ya se sabía los colores y las figuras y que usaba palabras de adulto al hablar.
“Mamá siempre me recuerda de lo que soy capaz. Eso me hace sentir bien. ¡Sé que me quiere mucho!”.
Y por último…
Recuerda que estos indicadores representan un promedio, no plazos estrictos de desarrollo. Los niños atraviesan estos cambios a ritmos distintos, algunos antes, otros después. Tú eres el más indicado para evaluar el desarrollo de tu hijo y lo que es “normal” para él, pero si tienes dudas, discútelas con su pediatra. Justo cuando crees haber entendido a tu hijo, ocurre un cambio. Hoy exige atención constante; dentro de seis meses puede que esté rechazándote. Puede que descubras que las estrategias que antes funcionaban ya no tienen impacto alguno sobre él. No te preocupes, ¡eso es normal!