Siendo el primer y más influyente maestro, entre sus 3 y 5 años le has enseñado a tu hijo muchas cosas sobre la lectura y escritura. Al darle oportunidades diarias a tu estudiante de preescolar para que practique sus habilidades en desarrollo, estás sentando las bases para que se convierta en un lector exitoso. Está aprendiendo que la palabra escrita puede ser una forma poderosa de transmitir conocimiento e información y que también puede ser muy divertida.
Integrando la lectoescritura a la vida cotidiana
Los niños aprenden mejor a través de experiencias directas que les permitan experimentar y explorar el mundo de forma segura. Ofrécele opciones a tu hijo y permítele que decida las actividades que realizará. Cada niño aprende y desarrolla las habilidades lingüísticas a su propio ritmo, pero todos necesitan los siguientes elementos:
- Oportunidades para desarrollar y practicar las habilidades que están surgiendo.
- Motivación y felicitaciones por el esfuerzo.
- Entender que el aprendizaje continuo es un valor familiar.
- Que los padres y otros cuidadores ayuden a planificar actividades apropiadas para su desarrollo.
- Un lugar especial para la lectura y las actividades prácticas de aprendizaje.
Desarrollando el vocabulario y el lenguaje
Ya que las habilidades del lenguaje oral anteceden a la lectura y escritura, dale a tu hijo oportunidades diarias para expresar lo que está pensando y aprendiendo. Sin importar lo agotador que pueda ser, intenta responder sus preguntas y hablar sobre sus problemas. Recuerda que un vocabulario extenso y unas buenas habilidades lingüísticas son indicadores de éxito en el aprendizaje de la lectura.
A continuación, te presentamos algunas actividades del lenguaje oral que puedes realizar con tu hijo:
- Vean álbumes familiares. Discutan sobre festividades o eventos importantes que sean parte de las tradiciones culturales de la familia.
- Lean y hablen sobre cartas y correos electrónicos de familiares y amigos. Haz que tu hijo te dicte mensajes para responderles “por escrito” a sus familiares.
- Canten canciones que incluyan juegos de palabras.
- Digan rimas infantiles populares.
- Pídele a tu hijo que diga la mayor cantidad de palabras que rimen con otra en específico. Para empezar, indícale una palabra sencilla con muchas opciones para rimar, como balón, casa, gato y roca.
- Hagan juegos de palabras, como: “Me voy de viaje y me llevo…”, “Veo veo” y “Simón dice”.
- Inventa nombres divertidos para objetos del hogar. Por ejemplo, “gritadora” para referirse a una aspiradora que haga mucho ruido.
- Fomentar la imaginación de tu hijo mediante títeres, disfraces y otras actividades de fantasía.
Preparándolo para la lectura
El aprendizaje de la lectura y la escritura se fundamenta en el conocimiento de la palabra escrita. Tu hijo aprenderá que la palabra oral (el habla) puede dividirse en pequeñas unidades individuales de sonido (fonemas). Estos patrones de sonido son representados por un conjunto de símbolos (letras del alfabeto). Por último, las letras pueden combinarse para formar una palabra (fonética).
A continuación, te presentamos algunas actividades para ayudar a tu hijo a prepararse para la lectura:
- Lee en voz alta para tu hijo todos los días durante al menos 15 minutos.
- Visiten la biblioteca pública con frecuencia. Esto se convierte en un evento especial cuando tu hijo tenga su propia tarjeta de biblioteca y elija los libros que tomará prestados.
- Haz que participe en la hora de cuentos infantiles de la biblioteca.
- Lean libros que coincidan con sus intereses. Utiliza distintos materiales (libros de cuentos, libros ilustrados, historietas, revistas) tanto de ficción como de no ficción.
- Lean libros del abecedario, rimas infantiles y libros de Dr. Seuss. Incentiva a tu hijo a acompañarte a “leer” las líneas repetidas.
- Cuando leas con tu hijo, indícale que la orientación es de izquierda a derecha. Deja que tu hijo pase las páginas para reforzar la idea de que estas también se leen de izquierda a derecha.
- Señala la portada, el título y el autor del libro. Explícale a tu hijo lo que representan todos estos elementos.
- Vuelve a leer una de sus historias favoritas y omite palabras clave. Pídele a tu hijo que diga las palabras omitidas.
- Pídele que prediga lo que ocurrirá en la historia o que diga lo que le gustó o no de la misma.
Comunicándose por medio del papel
Los niños pasan de los garabatos a los dibujos para luego probar con la formación de letras y finalmente escribir letras y palabras de verdad. Cuando tu hijo te pide que “leas” sus garabatos, significa que está consciente de que el habla se representa mediante símbolos (las letras del alfabeto). Las actividades de escritura y dibujo también le ayudan a desarrollar habilidades motoras finas, así como la imaginación y la creatividad.
Aquí tienes algunos consejos para expresar ideas en papel:
- Asegúrate de tener materiales de dibujo y escritura a la mano. Incluye papel de distintas formas, colores y tamaños; marcadores, crayones, lápices; pegamento, cinta adhesiva, tijeras para niños. Guarda los útiles en una caja especial o en un lugar que le pertenezca a tu hijo.
- Da revistas e imágenes viejas a tu hijo para recortar y pegar de manera que pueda crear libros sobre distintos temas (por ejemplo, el alfabeto, los colores, los animales, los juguetes, la comida, las formas, los números).
- Haz que tu estudiante de preescolar cree su propio libro con fotos o dibujos y díctale el texto que escribirá al pie de las imágenes.
- Ayúdalo a escribir/dibujar tarjetas de felicitación para enviar a amigos y familiares en ocasiones especiales.
- Cuando tu estudiante de preescolar sea capaz de relacionar los segmentos de sonido con la palabra escrita, fomenta que experimente al combinar sonidos para formar palabras. La ortografía inventada es parte del proceso de aprendizaje de la lectura.
Aprovechando el internet
Hay un sinfín de sugerencias para ayudarte como padre a desarrollar las habilidades actuales de tu hijo. Recuerda que el internet es una fuente de juegos gratuitos y actividades informales para ayudar a tu estudiante de preescolar a trabajar en las habilidades de lectura que están en pleno desarrollo.