“¡Alístate para ir a la escuela!”.
“¡Limpia tu cuarto!”.
“¡Alístate para dormir!”.
Todos los días, los padres les dan (o les gritan) instrucciones como estas a sus hijos. Muchas veces, día tras día, los chicos no hacen lo que sus padres les piden.
La mayoría de los chicos no lo hace para portarse mal o ignorar a sus padres. En muchos casos, los chicos no hacen lo que sus padres les piden porque no entienden qué es lo que sus padres quieren que hagan.
Ayuda a tus hijos a hacer lo que les pides siguiendo las tres C cuando les da instrucciones:
- Claras. Tus instrucciones deben ser fáciles de seguir. Si son complicadas, los chicos se confunden.
- Cortas. Tus instrucciones deben ser cortas. Cuando son muy largas, a los chicos les cuesta entenderlas.
- Con secuencia. Diles a tus hijos qué hacer en una secuencia clara y ordenada.
Lee los siguientes cuatro ejemplos para saber cómo puedes ayudar a tu hijo a entender y seguir tus instrucciones (¡y hacerte la vida más fácil!):
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Instrucciones confusas:
“¡Limpia tu cuarto!”.
Instrucciones más claras:
“Recoge la ropa del suelo, dóblala y guárdala en el armario. Luego, tiende la cama y guarda todos los juguetes en la cesta”.
Ten en cuenta:
“Un cuarto limpio” puede significar algo para ti, pero puede no tener significado para tu hijo. Al decirle a tu hijo los pasos que tiene que seguir para conseguirlo, sabrá exactamente lo que le estás pidiendo.
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Instrucciones confusas:
“Alístate para dormir”.
Instrucciones más claras:
“Ponte el pijama. Cepíllate los dientes. Luego, ve al baño”.
Ten en cuenta:
“Alistarse” es una de esas palabras que tiene sentido para los adultos, pero no significa nada para los niños. Entonces debes explicar claramente qué debe hacer tu hijo para “alistarse”.
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Instrucciones confusas:
“Deja de perder tiempo con tu hermano. Ve a hacer tu tarea, ¡ahora!”.
Instrucciones más claras:
“Parece que tienes problemas para concentrarte en tu tarea. Ven a sentarte en la mesa de la cocina, lejos de tu hermano, y termina tu tarea. Luego, cuando termines, los dos tendrán tiempo para jugar”.
Ten en cuenta:
Enfócate en lo que tu hijo puede hacer en lugar de enfocarte en lo que no debería hacer.
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Instrucciones confusas:
“¡Escúchame! ¿Por qué nunca pones atención a lo que te digo?”.
Instrucciones más claras:
“Nos vamos a ir del parque en 10 minutos. Puedes jugar con tus amigos hasta entonces. Te avisaré cuando falten cinco minutos, pero cuando se acabe el tiempo, tenemos que tomar el autobús e irnos a casa”.
Ten en cuenta:
Al decirles a tus hijos los planes por adelantado, puedes evitar sorpresas que tal vez les desagraden, y los ayudas a prepararse para escuchar tus instrucciones cuando necesitas que lo hagan.
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