#Bendecido. Es uno de los hashtags más irritantes e irónicos de Instagram: presumir modestia sin humildad, en una plataforma que aplaude el materialismo. En un mundo donde los niños son acribillados con imágenes idealizadas, ¿cómo podemos lograr que valoren lo que tienen?
Cuando pensamos en el materialismo, pensamos en el deseo de obtener más cosas. Sin embargo, también significa querer lucir de cierta forma, tener la apariencia adecuada o poseer un estatus social en particular. Jeffrey Froh es un psicólogo escolar y profesor adjunto de psicología en la Universidad de Hofstra. Además, es el coautor, junto a Giacomo Bono, del libro “”. Froh afirma que otorgar demasiado valor a tales cosas materiales no hace más que producir baja autoestima, ansiedad, depresión y la sensación de vivir sin un propósito. En pocas palabras, es una receta para la desdicha. Por lo tanto, ¿cómo puedes evitar que tu hijo caiga en esta trampa? La respuesta de Froh: inculcar gratitud.
El poder de la gratitud
Las investigaciones demuestran que tener una actitud agradecida brinda muchos beneficios a los niños. Un niño agradecido tiene un mejor rendimiento académico, es más propenso a alcanzar sus metas y se siente más satisfecho con la escuela y la vida. Sin embargo, Froh afirma que el mayor beneficio que proviene de ser agradecido es el alejarse del materialismo. Cuando un niño se siente agradecido, valora las cosas intrínsecas o internas, como la honestidad o la amabilidad, en lugar de cosas externas como la ropa o el estatus social.
Froh explica que aquello que valoras, dirige tu conducta. Por lo tanto, cuando valoras el dinero, la fama, las apariencias y el estatus, tus acciones son motivadas por ello. Por otro lado, cuando valoras cosas como tu comunidad o el crecimiento personal, tus acciones también se ven afectadas por ello.
Las personas agradecidas tienen mayor tendencia a valorar el relacionarse con otras personas o ayudar a su comunidad, y es más probable que estén interesadas en el crecimiento personal y convertirse en la “mejor versión de sí mismos”.
Apreciar lo que tienes
Ser más agradecido es algo que todos pueden lograr, afirma Froh. “No quiero decir que sea fácil, pero es muy posible volverse más agradecido. Sin embargo, como sucede con todo lo que vale la pena cultivar en tu vida, tienes que trabajar en ello”.
En estudios realizados a adolescentes, Froh y sus colegas solicitaron a los estudiantes que llevaran un registro diario de gratitud. Lo único que los jóvenes debían hacer era escribir cinco cosas por las que estaban agradecidos cada día, y cosas como comer pizza o no tener mucha tarea, eran válidas.
“Descubrimos que los niños que llevaban el registro sentían más optimismo con respecto a la semana siguiente”, afirma Froh. “Mostraron menos quejas acerca de dolores de cabeza, congestión nasal y cosas por el estilo. Nuestro mayor descubrimiento fue que reportaron una mayor satisfacción escolar”. Todo ello se logró a partir del simple acto de escribir, cada día, cincos cosas por las que se sentían agradecidos. Froh afirma que se trata de una práctica sencilla, que produce beneficios profundos y duraderos.
“Los niños agradecidos tienen más claro a dónde se dirigen, por qué hacen lo que hacen y por qué se levantan en las mañanas. No es demasiado pronto para hablarles a los adolescentes sobre conectarse con ese propósito de vida más elevado”.
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