¿Hay ocasiones en las que tu hijo parece desafiarte de forma deliberada? ¿No paras de recibir notas y llamadas de la escuela donde reportan este tipo de conducta? En medio de tu frustración, ¿llegas a levantar la voz o a decir cosas de las que luego te arrepientes?
Cómo entender la conducta de tu hijo
La conducta es una forma de comunicarnos con los demás. El propósito de la conducta puede ser el obtener algo, bien sea tu atención o la merienda. Puede que hayas experimentado esto cuando estás al teléfono y tu hijo insiste en que tiene que hablar contigo. La conducta también podría estar diseñada para ayudarlo a escapar de hacer algo que es realmente difícil o que le impediría divertirse. Puede que te hayas percatado de esto cuando le pides que haga sus tareas del hogar, pero él prefiere jugar en la computadora.
Como padre, podrías llegar a pensar que sabes interpretar la conducta de tu hijo. Sin embargo, a pesar de lo bien que lo conoces, habrá ocasiones en las que no resulte tan claro.
Estrategias para manejar la conducta frustrante
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Seguir direcciones
Si tu hijo no sigue instrucciones, es fácil pensar que está siendo rebelde o ignorándote de forma deliberada. Sin embargo, esta conducta podría estar encubriendo problemas para recordar o entender instrucciones. Tal vez estás hablando demasiado, saturándolo verbalmente. La próxima vez, comprueba si estas estrategias lo ayudan:
• Llama su atención y establece contacto visual antes de darle las instrucciones.
• Muéstrale lo que quieres que haga.
• Realiza una tabla o lista con imágenes a modo de recordatorio. Pídele que te explique las instrucciones o que te muestre lo que debe hacer antes de empezar con la actividad.
• Reduce la duración de la conversación (sermón).
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Cómo realiza las tareas
Si tu hijo aplaza las tareas hasta el último minuto, podrías concluir que es perezoso o rebelde. Sin embargo, puede que no sepa cómo empezar. Tal vez tenga dificultades con el concepto del tiempo o le cueste decidir si su trabajo es lo suficientemente bueno. Algunos niños creen que la “fecha límite” indica el día en el que deben comenzar con el proyecto.
Las siguientes ideas podrían ayudar a que la hora de las tareas (enlace en inglés) resulte menos frustrante:
• Antes de comenzar, pídele que establezca cuánto tiempo le dedicará a una tarea y los resultados que desea.
• Haz que comience con la tarea para asegurarte de que entiende lo que se espera de él.
• Configura un cronómetro por un lapso específico de tiempo para que tu hijo se haga una idea de cuánto tardará la actividad.
• Enséñale a usar una agenda diaria, semanal o mensual, de manera que pueda organizar las tareas y las fechas de entrega.
• Ayúdale a dividir las tareas largas en fragmentos más pequeños, de manera que el trabajo no se acumule para la fecha de entrega.
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Cuando es imposible quedarse quieto
Si parece que tu hijo es incapaz de sentarse tranquilamente a hacer las tareas, es fácil pensar que simplemente se está comportando de forma problemática. Sin embargo, es posible que necesite moverse físicamente más que sus hermanos o hermanas. A continuación, te presentamos algunas formas de ayudar:
• Asegúrate de que la altura de la silla y el escritorio sean las adecuadas para él (los pies deben estar firmes sobre el suelo y el brazo dominante apoyado sobre la superficie del escritorio) cuando haga la tarea.
• Comprueba que tenga todos los materiales necesarios a la mano, de manera que no tenga que estar parándose para buscar lo que necesita.
• Asegúrate de que sepa lo que debe hacer y cuándo debe hacerlo.
• Dale oportunidades de moverse: ir por un vaso de agua entre actividades o mostrarte el proyecto cuando esté terminado.
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Aprendiendo a valerse por sí mismo
Si parece incapaz de terminar sus tareas a menos que te sientes a su lado, es fácil llegar a pensar que quiere toda tu atención. Sin embargo, es posible que no tenga confianza en sí mismo y no quiera equivocarse. Por otro lado, puede que necesite un poco de ayuda adicional para no desconcentrarse. Los siguientes consejos podrían ayudarle a sentirse más independiente y seguro de sí mismo:
• Pregúntale qué cree que será fácil y qué cree que será difícil antes de empezar a trabajar.
• Realicen la primera oración o problema juntos para que así tenga un ejemplo a seguir.
• Supervísalo mientras hace la siguiente parte de la tarea para asegurarte de que entiende lo que tiene que hacer.
• Revisa su trabajo cada cierto tiempo para evitar que se desvíe o se distraiga.
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Una buena comunicación
Dependiendo de las demás situaciones que estés enfrentando en tu vida, podrías llegar a sentir que ya no puedes sobrellevar la conducta frustrante de tu hijo ni un segundo más. Sin embargo, es en esos momentos cuando más necesitas mantener la calma y evitar las luchas de poder. A continuación, te brindamos algunos consejos para comunicarte:
• Reserva suficiente tiempo para hablar y escúchalo cuando te cuente su versión de la historia.
• Pregúntale “¿qué ocurre?” en lugar de “¿por qué te comportas así?”.
• Menciónale la recompensa que obtendrá si termina, en lugar de lo que le ocurrirá si no lo hace.
• Escriban dos o tres ideas que ambos consideren que podrían ayudarlo a tener un mejor desempeño la próxima vez y guárdenlas en un lugar que puedan consultar fácilmente.
Haz a un lado tus sentimientos cuando estés resolviendo los problemas de conducta de tu hijo. Si se tensan los ánimos, hagan una pausa, pero establezcan una hora para continuar. Al involucrar a tu hijo en este proceso, le enseñarás las habilidades necesarias para su éxito futuro (enlace en inglés).
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