“Soy una persona muy profunda, sensible y consciente. Pero nadie me entiende”.

En octavo grado, los niños experimentan un incremento masivo de que tiene como resultado habilidades mejoradas de resolución de problemas, razonamiento deductivo, pensamiento abstracto, planificación estratégica y control de impulsos.

Dichas noticias resultan fantásticas, pero aún se necesita de tu paciencia: ¡el lóbulo frontal de tu hijo no alcanzará la madurez total hasta que tu hijo tenga entre 25 y 30 años! Por lo tanto, durante los próximos 12 o 18 años, se verá atraído por actos arriesgados que resultan cognitivamente difíciles de resistir, pues sigue considerablemente influenciado por el sistema límbico, el cual representa el .

Dicha ola neurológica suele venir acompañada por cambios de humor. A esta edad, los niños pueden sentirse cada vez más interesados en sus amigos y mostrarse menos afectuosos con sus padres. Puede que tu hijo desee mayor independencia y atención afectuosa a la vez. Es posible que alterne con rapidez una alta autoestima y un autodesprecio extremo, o pase de un interés que le apasiona a otro.

Pensando a futuro

El cerebro de tu niño de octavo grado está desarrollando la capacidad de razonar, recordar y aprender de los errores: a diferencia de estudiantes más jóvenes, quienes pueden llegar a concentrarse por completo en las sensaciones presentes, los estudiantes de octavo grado están comenzando a entender las consecuencias a largo plazo de su conducta. Puede que lo observes refrenando su procrastinación o acostándose más temprano para sentirse más despejado en la prueba del día siguiente. Los niños de octavo grado también poseen una mayor capacidad de establecer metas propias. Puedes incentivar dicha práctica hablándole sobre sus sueños futuros y cómo puede alcanzarlos.

Un intelecto más sofisticado

El cerebro de los niños pequeños suele ser dicotómico, lo que significa que ven el mundo en términos de blanco y negro: algo está del todo bien o del todo mal. Es una forma sencilla de organizar lo que aprenden sobre el mundo. Sin embargo, en octavo grado, el intelecto de los niños se vuelve más sofisticado. Están comenzando a ser capaces de percibir ambos lados de un debate. Además, están mejorando su capacidad de expresar sentimientos y entender la opinión de los demás.

En busca de sentido

Los estudiantes de octavo grado comienzan a reflexionar con más seriedad sobre preguntas fundamentales y profundas como “¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?” y “¿Cómo puedo salvar al mundo?”. Comienzan a formar sus propios valores, los cuales guían sus acciones y decisiones. Los valores que demuestras como padre ejercen una gran influencia. Por ejemplo, indica que más del 80 por ciento de la población estadounidense sigue la tradición religiosa de sus padres y su ideología social y política.

Sin embargo, los padres no pueden simplemente hablar con el ejemplo; ahora es el momento de seguir el ejemplo también. Los niños de esta edad no prestan atención a lo que tú dices, se modelan según tu comportamiento, . Tu propio comportamiento puede ser un ejemplo positivo en muchas situaciones, como controlar la ira, sentir curiosidad por el mundo, desarrollar pasatiempos y pasiones, y todo lo demás.

Superinteligente

Los estudiantes de octavo grado están desarrollando las habilidades computacionales y de toma de decisiones propias de un adulto. En términos de capacidad pura de procesamiento, el cerebro de un adolescente es igual al de un adulto. El potencial de asimilar y dominar información y aprender nuevas habilidades nunca supera al exhibido durante los años adolescentes. Este hecho representa uno de los motivos que impulsan a los estudiantes de octavo grado a actuar en ocasiones como sabelotodos: se percatan de que serán tan brillantes como sus padres y, de hecho, puede que ya los hayan superado.

Dormir es una verdadera necesidad

Dormir las horas adecuadas resulta crucial para la salud física y emocional de un estudiante de octavo grado. . Desafortunadamente, las encuestas indican que , y las horas de sueño promedio se encuentran dos horas por debajo de la cantidad que los niños realmente necesitan.

Las consecuencias de la privación del sueño son lamentables (y peligrosas). Un estudiante de octavo grado exhausto está malhumorado y es temperamental, exhibe un déficit de concentración, memoria, decisión y creatividad. Además, el cerebro privado de sueño es más susceptible a comportamientos impulsivos y tentaciones de riesgo como drogas, bebida, actividades imprudentes, relaciones sexuales sin protección y peleas. La privación del sueño en los adolescentes también se encuentra . Por lo tanto, ¡asegúrate de que tu estudiante de octavo grado duerma lo suficiente!

Lecturas adicionales sobre el cerebro en desarrollo de un niño de 8.° grado

Tres fantásticos libros en inglés sobre el desarrollo del cerebro adolescente.

by Melanie McNally PsyD

by Lisa L. Lewis MS and Rafael Pelayo MD

by Frances E. Jensen

Translated by: SpanishWithStyle.com