Ayúdales a crear un sistema justo de tiempo de pantalla.
Prueba esto
Decide cuánto tiempo puede controlar cada pantalla cada uno. Luego enséñales a usar un cronómetro para que puedan hacer turnos sin que tú estés vigilándolos constantemente. O bien decide de antemano qué programas pueden ver a qué horas, para que sepan exactamente a qué atenerse.
No te conviertas en el Juez del tiempo de pantalla.
Mejor no
No les soluciones el problema cada vez que se pelean. Es tentador decidir por ellos cada vez que empiezan a pelearse por el control remoto o por el iPad, pero si intervienes todo el tiempo, vas a crear aún más rivalidad entre ellos. Si ya decidieron cómo se iban a turnar, diles solamente que sigan el sistema que acordaron.
Ayúdales a pensar en las consecuencias.
Di
“Ya sé que lo que quieren es divertirse. Si consiguen solucionar su problema solos, pueden seguir viendo la tele o jugando con el iPad. Pero si no lo consiguen, tendrán que dejarlo y jugar a otra cosa”.
No le quites importancia al asunto
No digas
“¿Ya se están peleando otra vez por lo mismo? ¡Pero si es una bobada!”.
“¡Apaguen la tele y basta!”.
Por qué
Aunque a ti este problema te parezca insignificante, los conflictos de tus hijos siempre son complejos y difíciles. Debajo de la pelea por el control remoto podría haber muchos otros elementos. Los niños aprenden a negociar, exploran dinámicas de poder y descubren cuáles son sus límites a través de las relaciones entre hermanos. Puedes ayudar a tus hijos a entender esta dinámica y su rivalidad si hablas sobre esto con ellos cuando estén más tranquilos.
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