“¡Estoy harto! ¡Cuando mis padres me dicen que tenga cuidado, les digo que se relajen! Si mis amigos pueden hacerlo, yo también…”.
¿Por qué son tan insensatos los adolescentes? ¿Cómo es posible que un estudiante de escuela secundaria lo suficientemente brillante como para ganarnos en ajedrez sea incapaz de recordar sacar a pasear al perro antes de irse a pasar una noche llena de locuras imprudentes con los maniáticos de sus amigos? A los 16 años, nuestros hijos han alcanzado la capacidad lógica de un adulto, ¿así que cuál es su excusa, desde el punto de vista neurológico?
La doctora Frances E. Jensen, investigadora asociada en Neurología en el Children’s Hospital Boston, el principal hospital universitario de la facultad de Medicina de Harvard, señala que el cerebro de los adolescentes “ha madurado en un 80 por ciento”. Esto podría sonar reconfortante, pero ese 20 por ciento aún por madurar puede ser un verdadero dolor de cabeza para los padres. Un gran porcentaje de la última quinta parte que aún no se ha desarrollado es la corteza prefrontal (CPF), la parte “ejecutiva” del funcionamiento cognitivo. La CPF está relacionada con la planificación, organización, represión de impulsos y evaluación de consecuencias. Elimina este centro inhibitorio, agrega hormonas excitables y ¡listo! Obtienes un mamífero temerario y socialmente presionado que está deseoso de nuevas experiencias, emociones, intensidad y romance. En el lado más oscuro de esta ecuación se encuentran los excesos de velocidad, el alcohol, las drogas y el sexo sin protección en múltiples y estresantes combinaciones.
Durante esta época traumática para nuestros tesoros (y para nosotros), los padres necesitan esforzarse en ser guías ejemplares, ofreciendo apoyo, amor y consejos (que muchas veces son ignorados). Es por ello que resulta provechoso conocer, anatómicamente hablando, lo que está ocurriendo en el cerebro en desarrollo de los estudiantes de escuela secundaria, y las mejores formas de adaptarse a las crisis craneales. A continuación, te brindamos algunas explicaciones y consejos:
El amor y sus peligros
¿Se te ocurre una actividad breve y eufórica que puede traer consecuencias aleccionadoras y a largo plazo? El sexo sin protección, con su alto riesgo de embarazo, enfermedades de transmisión sexual o ambas. El cerebro adolescente es presa fácil de una libido arriesgada porque cuenta con un nucleus accumbens bien desarrollado que busca placer, pero que es débil para evaluar las consecuencias (a causa de lóbulos frontales inmaduros). Esto los lleva a sobrevalorar los beneficios a corto plazo, mientras subestiman el daño permanente. Agrega alcohol, drogas y presión de grupo (más información abajo), y las probabilidades de tener sexo sin protección se elevan incluso más.
(enlace en inglés) indica que los estudiantes de escuela secundaria se comportan de forma mucho más temeraria cuando sus amigos están observando. La investigadora Laurence Steinberg opinó en el New York Times que los adolescentes “hacen muchas estupideces con sus amigos que no harían si estuvieran solos”, en parte porque su “sistema cerebral involucrado en el procesamiento de recompensas también se encuentra involucrado en el proceso de información social”. Ya que la locura adolescente es epidémica y contagiosa, intenta convencer a tu hijo de relacionarse con chicos que hayan demostrado al menos una pizca de autocontrol.
Los perjuicios del alcohol
Los adolescentes que consumen alcohol exponen su vulnerable cognición (la cual se encuentra aún en desarrollo) a la posibilidad de una deficiencia mental a largo plazo. Sus cerebros contienen más axones (receptores) expuestos en comparación a los adultos; el alcohol se une a estos axones, impactando zonas que controlan la memoria, emociones, aprendizaje, motivación y juicio. Los niños que ingieren alcohol a los 15 años tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar adicción al alcohol que aquellos que comienzan a beber a los 21, y los adolescentes que consumen alcohol tienen probabilidades mucho mayores de resultar heridos en un accidente de tránsito grave.
Los perjuicios de la marihuana
Estudios de Harvard indican que los niños que fuman marihuana antes de los 16 años pueden desarrollar problemas respecto a tomar decisiones, flexibilidad cognitiva y recordar detalles. Los químicos activos de la marihuana, cannabinoides, bloquean la señalización celular del cerebro que ayuda a formar el aprendizaje y la memoria. (enlace en inglés) que el coeficiente intelectual puede disminuir, al menos temporalmente, en aquellos que consumen cannabis. “El desarrollo cerebral ocurre continuamente en el cerebro adolescente, y si encima le agregas una droga, podrías alterar la trayectoria del desarrollo cerebral”, advierte la Dr. Frances Jensen del Children’s Hospital Boston.
La importancia de dormir
Un bostezo por aquí, un bostezo por allá… ¿Siente pereza y fatiga tu estudiante de escuela secundaria? El documental de PBS Frontline “Inside the Teenage Brain” exploró la “somnolencia problemática” que afecta a muchos adolescentes. (enlace en inglés) que solo un 15 por ciento de adolescentes duerme el tiempo suficiente en los días de escuela. Los científicos aún no entienden el papel exacto que cumple el descanso en la función cerebral, pero la investigación más reciente indica que dormir es particularmente importante para los cerebros jóvenes y en desarrollo. Los niños de escuela secundaria necesitan entre 8,4 y 9,2 horas de sueño por noche; un déficit de tan solo 40 minutos al día puede causar problemas de aprendizaje en la escuela. Asegúrate de que tu adolescente se vaya a la cama a las 10 pm, y no lo dejes dormir hasta justo antes de que comience la clase (el tiempo ideal para aprender es dos horas después de despertar). El ejercicio aeróbico diario puede ayudar a que tu hijo concilie el sueño al instante.
A la basura la comida chatarra
Los estudiantes de escuela secundaria podrían querer ingerir gaseosas y “comida chatarra” como si no hubiera mañana. ¡No lo permitas! Por el contrario, insta a tu adolescente a comer de forma saludable con el propósito de fomentar la correcta evolución de las partes del cerebro que siguen en desarrollo. Aliméntalo con granos enteros, proteína magra, productos lácteos bajos en grasa, vegetales, frutas y grasas saludables, con un desayuno abundante, un almuerzo nutritivo y meriendas entre comidas para mantener niveles altos de energía. Está atento a trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia. También esfuérzate en ayudarlo a evitar la obesidad que afecta a casi el 20 por ciento de niños estadounidenses a esta edad. Lee estos consejos sobre la comida que contribuye al desarrollo cerebral de los niños.
Fortaleciendo la mente y el cuerpo
Durante la adolescencia, la parte del cerebro que sufre más cambios es el cerebelo, que es fundamental tanto para la coordinación de nuestros músculos como para la coordinación de nuestros procesos de razonamiento. , (enlace en inglés) neurocientífico en el National Institute of Mental Health, ha observado que el ejercicio “parece ser lo primero en eliminarse de los currículos escolares… Pero podría ser igual o incluso más importante que algunas de las asignaturas académicas que cursan los niños…”. ¿Nuestro consejo? Incentiva a tu estudiante de escuela secundaria a mantenerse activo en los deportes y a ejercitarse con regularidad. De ser posible, los padres deberían ejercitarse con su adolescente para darle un ejemplo saludable a seguir.
No tan diestro con las palabras
¿Por qué tu hija adolescente te dice cosas tan crueles e hirientes? ¿Por qué tu hijo de 17 años no comparte sus sentimientos? ¿Y qué indica esta conducta sobre el tipo de adultos en los que se convertirán? Aquí te damos dos respuestas biológicamente sustentadas: A esta edad, la corteza prefrontal medial asociada con la empatía y la culpa no se ha desarrollado del todo. Tu hija no ha terminado de desarrollar la habilidad de entender que sus palabras y acciones afectan a los demás. Puede que ignore por completo la forma en que sus palabras lastiman a otros. ¿Y tu hijo? Muchas chicas a esta edad pueden explicar lo que sienten, pero los chicos están retrasados un par de años en ciertas áreas cognitivas. Es probable que las emociones de tu hijo sigan siendo controladas por su í岹, ubicada en el área del “cerebro reptiliano”. Tendrás que tener paciencia hasta que esta región más baja del cerebro se vincule mediante Ծó a su CPF para que te comparta sus sentimientos.
Con tantos cambios físicos y emocionales (y un cerebro que aún está en desarrollo) no es de extrañar que el camino a la adultez sea a menudo un viaje turbulento, tanto para los adolescentes como para los padres. Si tu adolescente pasa mucho tiempo gritándote o, alternativamente, responde a todas las preguntas encogiéndose de hombros o quejándose, consuélate con una explicación biológica: es probable que vaya por buen camino.