No permitas que tu adolescente espere hasta el día de la prueba para descubrir cuál es el contenido y cómo son las preguntas. Tu hijo puede reducir la ansiedad en el día de la prueba al familiarizarse con el formato de esta y responder preguntas de práctica. Sin embargo, una verdadera preparación para la prueba puede comenzar con años de antelación. Generalmente, tu hijo debería:

  1. Inscribirse en cursos exigentes

    Incentiva a tu hijo a cursar clases académicamente rigurosas en la escuela secundaria. Tanto el SAT como el ACT están diseñados para evaluar a los estudiantes en los temas que deberían aprender mediante enseñanza habitual en la escuela. Mientras mayor sea el dominio de tu hijo sobre el contenido académico fundamental, mayor será su preparación para las pruebas de admisión a la universidad. A pesar de sus diferencias, tanto el SAT como el ACT evalúan las habilidades aprendidas durante los años (no semanas) anteriores al día de la prueba.

  2. Habilidades de lectura

    Contar con habilidades sólidas de lectura es, quizás, la forma más eficaz de mejorar las calificaciones de tu estudiante en todas las secciones del ACT y el SAT. Ambas pruebas cuentan con secciones diseñadas para evaluar las habilidades de lectura de tu hijo, pero ser capaz de leer con rapidez y analizar textos complejos ayudará a los estudiantes a mejorar sus calificaciones tanto en la sección de ٱáپ del SAT como en la sección de ciencias del ACT.

  3. Familiarizarse con el formato de la prueba

    Realizar pruebas es una habilidad. Desarrollar estrategias para las pruebas y obtener experiencia realizando las mismas puede mejorar las calificaciones de los estudiantes. Ya que ambas pruebas tienen límite de tiempo, contar con estrategias apropiadas para realizarlas puede ayudar a tu hijo a aprovechar cada minuto al máximo. Por ejemplo, si tu hijo no sabe la respuesta a una pregunta, es mejor descartar la mayor cantidad de respuestas incorrectas posibles y realizar una conjetura siguiendo el proceso de eliminación. Si tu hijo se queda sin tiempo para resolver una sección, debería asegurarse de incluir una respuesta aleatoria para el resto de las preguntas. En ambas pruebas, realizar conjeturas no es perjudicial: a diferencia de años anteriores, realizar una conjetura incorrecta ya no acarrea sanciones en el SAT.

  4. Aprovechar las opciones de preparación gratuitas para las pruebas:

    Por fortuna, cada vez existen más recursos gratuitos de alta calidad en internet para prepararse para las pruebas. The College Board, la organización responsable del SAT, se asoció con Khan Academy . Khan Academy puede ayudar a tu hijo a crear un plan de estudios personalizado para el SAT, centrado en las áreas que tu hijo necesita practicar, el cual incluye lecciones en video, preguntas de práctica y exámenes SAT completos para practicar. Los estudiantes incluso pueden usar el servicio para estudiar en cualquier lugar (enlace en inglés) en sus teléfonos inteligentes o tabletas. El ACT ofrece recursos gratuitos incluyendo una y preguntas de ejemplo, a las cuales los estudiantes pueden acceder creando un (enlace en inglés) o escribiendo reseñas y descripciones de contenido para cada sección del ACT: , , , y (enlaces en inglés). Puedes encontrar más prácticas gratuitas en línea (incluyendo exámenes de práctica ACT y SAT completos) en (enlace en inglés).

    También puedes comprobar si hay clases gratuitas de preparación para las pruebas o pruebas de práctica supervisadas en tu comunidad. Muchas bibliotecas, universidades, universidades comunitarias y escuelas secundarias ofrecen programas gratuitos de preparación para las pruebas.

    Puedes informarte sobre las opciones locales con el orientador académico de la escuela secundaria de tu hijo o en la biblioteca local.

  5. Infórmate antes de pagar por la preparación del SAT o ACT

    La preparación para los exámenes es un gran negocio, y las opciones no son precisamente escasas. (Relacionado: Lee ¿Cómo puede tu hijo mejorar su puntaje en las pruebas de admisión universitaria?). Los estudiantes pueden recibir clases particulares, en persona o en línea, y/o inscribirse en clases tradicionales de preparación para las pruebas. Debido a que los servicios comerciales de preparación para las pruebas pueden ser costosos, resulta importante investigar su potencial para ayudar a tu hijo antes de inscribirlo. Al pensar en las opciones de preparación para las pruebas, considera cuál es la mejor forma de estudiar para tu hijo. Aunque las opciones gratuitas por internet ayudan a algunos estudiantes a aumentar sus puntajes, otros se benefician de la estructura brindada por la enseñanza presencial. Las clases particulares pueden resultar especialmente beneficiosas para los estudiantes que necesitan practicar en áreas académicas específicas. Por otro lado, las clases grupales proporcionan un resumen detallado de la prueba, con asistencia presencial cuando resulte necesaria. Si decides pagar por la preparación para las pruebas, asegúrate de que estás aprovechando tu dinero al máximo. Las compañías de preparación para las pruebas (enlace en inglés) y (enlace en inglés) ofrecen garantías de reembolso si el puntaje de tu hijo no aumenta tras recibir las clases que ofrecen. Sin embargo, ninguna compañía garantiza que el puntaje de tu hijo aumentará en un número específico de puntos. También deberías tener en cuenta que gastar dinero en la preparación para las pruebas no valdrá la pena a menos que tu hijo invierta el tiempo y esfuerzo para estudiar.

  6. Averigua qué tan importantes son los exámenes para las universidades

    Los puntajes en las pruebas no son más que una parte de las solicitudes de admisión a la universidad de tu hijo. Los oficiales de admisiones a la universidad hacen hincapié en el hecho de que ellos evalúan de manera integral a cada candidato. Esto significa que se centran en factores más allá del puntaje en las pruebas, incluyendo calificaciones en la escuela secundaria, actividades extracurriculares, la carta de presentación del solicitante y las recomendaciones de maestros y orientadores. Un creciente número de universidades se está volviendo “flexible respecto a las pruebas”, lo que significa que los estudiantes pueden presentar alternativas a las pruebas SAT o ACT. Otras universidades manejan una política de “pruebas opcionales”, lo que significa que no exigen en lo absoluto el puntaje en pruebas estandarizadas. (enlace en inglés) se encuentra disponible en FairTest.org.

    Las universidades también difieren en la forma en que usan los resultados de las pruebas para tomar decisiones de admisión. Algunas universidades, por ejemplo, se fijarán en los puntajes más altos en ٱáپ y lectura del solicitante, incluso si el estudiante obtuvo estos puntajes en dos sesiones distintas. Otras realizarán un promedio de los puntajes si el estudiante realiza la prueba más de una vez o tomarán en cuenta únicamente el puntaje más alto obtenido en una sola sesión.

  7. Crear un cronograma de las pruebas

    Generalmente, los estudiantes comienzan a realizar el (enlace en inglés) y/o el (enlace en inglés) (exámenes preliminares al SAT y ACT, respectivamente) durante su segundo o tercer año de la escuela secundaria. (Lee más acerca de decidir si y cuándo debería tu hijo realizar el PSAT). Estas pruebas, administradas por la escuela secundaria de tu hijo, no son tomadas en cuenta para la admisión en la universidad, aunque los estudiantes de penúltimo año de secundaria que obtienen buenos puntajes pueden optar por becas universitarias. En lugar de ello, realizar estas pruebas puede ayudar a tu hijo a familiarizarse con la naturaleza de las pruebas y desarrollar un plan de estudios.

    Por lo general, los estudiantes realizan el SAT o ACT durante la primavera de su penúltimo año de escuela secundaria. Para entonces, han cubierto la mayoría del contenido académico que los ayudará en la prueba, y tienen la oportunidad de repetir la prueba en otoño del último año de escuela secundaria si sienten que pueden mejorar sus puntajes.

    Cuando programes una fecha para la prueba, considera cuánto tiempo tendrá tu hijo para prepararse y si los resultados estarán disponibles antes de la fecha límite para las solicitudes de admisión a la universidad. También deberías comprobar si alguna universidad en la lista de tu hijo requiere de exámenes SAT por asignatura. Estas pruebas evalúan el conocimiento del estudiante en asignaturas específicas, tales como inglés, ٱáپ, biología o una lengua extranjera. Estas pruebas no pueden ser realizadas el mismo día de la prueba SAT principal. Ten en cuenta este dato al desarrollar el cronograma de pruebas de tu hijo.

  8. Considera repetir la prueba

    Si tu hijo realiza el SAT o ACT más de una vez, puede elegir cuál puntaje enviar a las universidades. Muchos oficiales de admisiones afirman que solo se fijan en la prueba con el puntaje más alto. Puedes aprender sobre las políticas de las distintas universidades preguntándole al orientador académico de tu hijo, navegando las páginas web de las universidades o preguntándole a un oficial de admisiones.

    Las investigaciones demuestran que los estudiantes generalmente pueden (pero no siempre) mejorar su puntaje al repetir las pruebas de admisión a la universidad por segunda o incluso tercera vez. (Relacionado: Lee por qué debería tu adolescente repetir el SAT o el ACT). Dedicar tiempo a estudiar antes de repetir cualquiera de las pruebas aumentará las probabilidades de obtener un puntaje más alto. Sin embargo, los expertos también desaconsejan repetir la prueba una y otra vez, a menos que el estudiante tenga una razón sólida para creer que puede mejorar sus resultados de forma significativa. Además de ser costosas, la preparación y realización de las pruebas consumen tiempo que el estudiante podría invertir en mejorar otros elementos de su solicitud de admisión a la universidad, como sus ensayos de admisión universitaria, participación extracurricular y calificaciones.

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