Las cenas en familia habituales pueden marcar la diferencia en la vida de un niño. detallan los beneficios emocionales y físicos de los niños que cenan con sus padres. Está demostrado que los niños que comen habitualmente con su familia tienden a rendir mejor en la escuela, disfrutan de relaciones más cercanas con sus padres, comen de forma más saludable, tienen menos problemas de peso y usan menos drogas y alcohol.
Aún más importante, la cena es la oportunidad perfecta para que las familias pasen tiempo juntas, se interesen por los demás y escuchen cómo ha sido el día de cada uno.
Suena fantástico… hasta que la realidad nos baja al suelo. Preparar la cena después de un día largo de trabajo — además de las tareas escolares y otras actividades después de la escuela — puede parecer imposible.
Sin embargo, Suzie Kane, fundadora de y autora de , nos dice que hay formas sencillas de encontrar tiempo para sentarnos a la mesa en familia. Aquí puedes leer algunos de los consejos de Kane para hacer posibles las cenas familiares:
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Empieza poco a poco
“Empieza con un objetivo sencillo de una o dos noches por semana,” dice Kane, que advierte de lo difícil que puede resultar encontrar aunque sean 20 minutos para sentarse juntos. Para empezar establece un par de “noches familiares” — viernes y domingos, por ejemplo — en las que los niños tengan menos actividades y tareas escolares. Incluso una noche a la semana puede marcar la diferencia en las relaciones familiares.
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No te preocupes por la comida
Sí, un plato de verduras y fruta fresca sería ideal, pero si preparar una comida trabajosa le impide cenar en familia recuerda que no se trata de la comida propiamente dicha, sino de estar todos junto. “Ni siquiera tienes por qué cocinar la comida,” dice Kane. “Puede ser pizza o comida para llevar del restaurante chino. Lo que importa es que para los padres ocupados la cena puede ser el único momento para conectar con sus hijos.” También hay ideas para simplificar la cena que encantan a los niños, como cenar platos de desayuno o almuerzo. ¿Qué podría ser más fácil que unos huevos revueltos o unas tortas?
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Pide a tu hijo que le ayude a planear la comida
A partir de los 5 años tu hijo te puede ayudar a planear — e incluso a preparar — muchas comidas. Si es de los que prefiere planear las cosas con anticipación, díle a tu hijo que puede elegir qué va a comer la familia unas cuantas noches a la semana (el pastel de primer plato solo si es su cumpleaños). Anotar un plan de comidas con anticipación también te ayudará a reducir la tensión de tener que pensar qué preparar para la cena el mismo día.
Si eres una persona muy organizada, puedes escribir los nombres de distintos platos en tarjetas de biblioteca para que tu hijo pueda elegir entre distintas posibilidades (por ejemplo tacos, espaguetis, sopa o hamburguesas). Cuando llegue el momento de cocinar, invita a tu hijo a la cocina y asígnale una tarea apropiada para su edad, como poner los frijoles a remojar o mezclar los ingredientes. Así no solo podrán pasar más tiempo juntos que si tú trabajases para él, además será más fácil que tu hijo quiera comer lo que ha ayudado a cocinar.
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Anima la conversación
Una parte fundamental de comer juntos es hablar juntos. Si las únicas respuestas que recibes cuando preguntas a tu hijo cómo le ha ido el día son cosas como “No sé,” “Bien” o “Nada,” puedes usar formas creativas y divertidas de hacer hablar a todos. Kane sugiere organizar juegos en la mesa, como por ejemplo “más 2 y menos 1.” Cada persona de la mesa cuenta dos cosas buenas y una decepcionante que les han sucedido durante el día. “Celebrar los éxitos del día nos hae sentir bien,” dice Kane. “Y hablar de las cosas que han ido mal nos permite recibir el apoyo de nuestras familias.”
Una variación de este juego es felicitar con dos cumplidos a otra persona de la mesa y hablar de algo de lo que uno se sienta orgulloso. “Este es un buen juego para los niños que necesitan reforzar su autoestima,” dice Kane. ¿Y qué niño no necesita cumplidos de mamá y papá de vez en cuando? Si no consigue despegarles los labios con estos juegos, pide a cada miembro de la familia que describa qué superpoder le gustaría más tener. Antes de que se dé cuenta, toda la familia estará hablando de cómo lograr la paz mundial — o de las ventajas e inconvenientes de las mallas azul eléctrico.
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Poner y recoger la mesa es cosa de familia
Si poner y recoger la mesa es demasiado para tú, pide ayuda a tu hijo y enséñele el valor del trabajo en equipo. Los niños pueden ayudar a partir de los 3 años.